La diarrea del viajero es una infección producida por bacterias, virus o parásitos que afecta al sistema digestivo en situaciones de viaje a zonas exóticas.
Esta patología se atribuye a factores climáticos (zonas con altas temperaturas y elevada humedad) donde los patógenos se desarrollan con mayor facilidad y en los meses de verano.
Los patógenos más frecuentes son los de tipo bacteriano, principalmente E. coli, Campylobacter en el 80-85% de los casos, algunos parásitos como Giardia lamblia o Criptosporidium en un 10% y algunos virus (rotavirus “tipo Norwalk”) en un 5%.
La diarrea del viajero puede afectar a todo tipo de personas y a todas las edades. Se trata de una enfermedad con síntomas diarreicos que cursan de forma benigna, sin más complicaciones, a veces con postración en cama en el 30% de los casos durante 2-4 días, aunque en algunos casos puede llevar a casos más graves.
SÍNTOMAS
Entre los síntomas más frecuentes se encuentra una profusa diarrea acuosa, también náuseas y vómitos, calambres intestinales, gases, incluso fiebre o dolor al defecar (en casos sanguinolenta o mucosa, ambos signos nos avisarían de la gravedad de la infección).
ORIGEN
El origen es debido al consumo de alimentos y aguas sin tratar, sin garantía sanitaria: frutas y verduras sin lavar; mariscos; carnes crudas; leche y derivados no pasteurizados; agua y hielo sin tratar. Prestaremos máxima atención a los alimentos listos para el consumo que no se recalientan antes de consumir.
Su transmisión también puede ser persona-persona por vía fecal-oral, así que atentos a las contaminaciones manipulador-comida.
PREVENCIÓN
Consumir bebidas embotelladas, buenas prácticas de higiene y lavado de manos. No consumir alimentos de dudoso origen o tratamiento. No existe evidencia de una eficaz prevención por la ingestión de probióticos.
TRATAMIENTO
El tratamiento principal es una buena y correcta hidratación (con soluciones de rehidratación oral o de forma casera, preparando una limonada alcalina), un ligero período de ayuno y una posterior renovación de la microbiota intestinal, mediante la ingestión de probióticos y prebióticos.
DIETA
La dieta debe ir orientada al consumo de comida seca (pan, galletas), pasta, frutas y verduras que se puedan pelar, y en general alimentos cocinados. Evitar los azúcares simples (zumos, refrescos) y alimentos grasos, ya que pueden agravar la diarrea.
En general no se deberían tomar medicamentos (podría utilizarse algún inhibidor de la motilidad intestinal), ni antibióticos; pero si las sintomatologías se agravan, se deberá acudir al médico.
COMO PREPARAR LA LIMONADA ALCALINA
Mezclar en un litro de agua segura (embotellada o hervida), el zumo de 2-3 limones (aportan sabor, aunque poca cantidad de potasio), 4 sobres de azúcar (tienen 8-10 g de sacarosa cada uno), 3 ml de sal común fina (aportan unos 50 mEq) y 3 ml de bicarbonato sódico (medir ambas cantidades con una jeringa). Esta mezcla se puede ir bebiendo durante el día, después de cada deposición o cuando se tenga sed.