Enlace a Gestión de Crisis Alimentarias 2:
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La empresa alimentaria deberá que controlar todos sus procesos. Si los procesos de control sugieren que uno de los productos puede suponer un riesgo para los consumidores, la empresa deberá evaluar el riesgo para determinar si la acción correctora es necesaria.
La evaluación del riesgo debe ser realizada por una persona con experiencia en el producto y en el peligro que conlleva, en este caso el Responsable del Plan.
Generalmente la evaluación de riesgos consta de varias fases que pueden incorporan los siguientes principios:
- Identificación del peligro
- ¿De qué naturaleza es el peligro?
- ¿Cuál es la causa del peligro?
- ¿Qué tipo de productos está afectado?
- ¿Quién se ve afectado por el peligro?
- ¿Qué factores podrían afectar a la gravedad del peligro?
- Cálculo del riesgo que conlleva, para decidir la toma de acciones. El cálculo del riesgo dependerá de dos factores principales:
- La gravedad de los posibles daños a una persona que consuma el producto.
- La probabilidad de estos posibles daños. En este factor influyen otros factores:
- La probabilidad de que un producto no sea seguro.
- La frecuencia con que el usuario está expuesto al peligro.
- La probabilidad de sufrir daños tras su consumo o manipulación.
Los cálculos sobre la gravedad y la probabilidad se combinarán a posteriori para proporcionar el cálculo general del riesgo.
- Evaluación de la aceptabilidad del riesgo para decidir si es necesario aplicar algún tipo de acción.
Tras haber considerado todos esos factores, se realizará una evaluación general del riesgo expresado mediante los siguientes grados:
- Riesgo grave: requiere de acción rápida.
- Riesgo moderado: requiere algún tipo de acción.
- Riesgo bajo: generalmente no requiere ningún tipo de acción para los productos que están en el mercado.